“Soy de la opinión que los feminismos no tienen por qué unirse”

Hace una calurosa mañana de verano en la ribera del Ebro a su paso por Zaragoza. Al resguardo de la sombra nos citamos con Antoinette Torres Soler, fundadora y directora de Afroféminas: un espacio dedicado a la mujer negra y afrodescendiente que ha adquirido una relevancia que se incrementa cada día, como lo hace el número de sus publicaciones. Pensado en sus inicios para crear un espacio de representatividad de la mujer afrodescendiente y de deconstrucción de la imagen estereotipada que se tiene sobre ellas, Afroféminas cuenta hoy con un público tan amplio como diverso.

Nos encontramos con ella apenas unos días después de una publicación que, una vez más, volvió a irrumpir en la opinión pública por señalar “una nueva opresión que está sucediendo dentro del feminismo”: Hasta para ser violada es mejor ser blanca. Sobre las temporeras de Huelva y la inacción del Feminismo. El pasado mes de marzo, publicaron un comunicado, a través de su web, en el que daban a conocer que en su colectivo, algunas mujeres decidieron no secundar la huelga del 8 de marzo.

 

Paola: ¿Qué simbolizó para vosotras esta huelga-manifestación? ¿Qué habéis echado en falta?

Antoinette: La mayoría de las reivindicaciones que tienen las mujeres negras en el contexto español no están en el discurso del feminismo blanco dominante. En este sentido, desde el feminismo negro planteamos un feminismo muy práctico, pues no queremos eternizar nuestras reivindicaciones ni que éstas se conviertan en una utopía. Yo quiero luchar para que de aquí a 10 años mi hija no tenga los mismos problemas que tengo yo.

Yo creo que no es un problema de guerra entre mujeres, sino de prioridades porque hay una historia diferente. A partir de ahí es que se lanza el discurso y se teje el discurso. Yo no participé porque no se me visibiliza. No fue falta de visibilidad, aunque muchas veces muchas personas, es verdad que lo plantearon de esa manera (y a mí me parece absolutamente respetable) pero en mi caso en particular, yo no participé porque creo que llevando tantos años hablando de feminismos negros, evidentemente, tengo que adquirir consciencia de qué cosas en la historia del feminismo negro y decir “por aquí no van nuestras soluciones, además nuestras reivindicaciones son completamente diferentes. Hay muchas que coinciden, evidentemente, pero aquí hay cosas que nosotras no resolvemos así.

Sobre las jornaleras, es cierto que ha habido movilizaciones en diferentes partes del estado, promovidas en parte por colectivos migrantes y antirracistas, pero han sido posicionamientos tibios desde el feminismo dominante ¿qué piensas sobre el escaso apoyo a las temporeras racializadas de Huelva?

Se produce una importante deshumanización de éstas mujeres. De alguna manera, se convierten en no-personas y, ésta des-personalización/deshumanización que proviene de una cuestión racial, las exime de cualquier derecho a duelo. Ellas son invisibles para el Estado y para los medios, pues las no-personas no tienen derecho a la denuncia ni a que la sociedad sea realmente consciente de lo que les ocurre.

¿Qué medio generalista habló sobre esto? Yo leo todo tipo de prensa y sobre todo una prensa que quizás sea más sensible a estas cosas, La Sexta es muy sensible, pero no acabo de ver yo un posicionamiento claro sobre esto, de hecho cuando se me ha entrevistado siempre se me ha preguntado ¿pero no crees que es por ser mujer? Y dices, hombre, podemos estar toda la vida hablando sobre esto, pero hay una cosa que se llama raza y eso también es una opresión.

Soy de la opinión de que ningún colectivo que quiera erigirse como defensora de un grupo de personas no puede perder la perspectiva de la autocrítica. La perspectiva de la autocrítica no se puede perder nunca porque es lo que te salva de repetir la opresión. Por eso es que en el feminismo blanco se están repitiendo las opresiones, porque no se miran hacia ellas. Las feministas negras tienen que hacer lo mismo, porque si no van a llegar al mismo lugar.

¿Es posible una confluencia de feminismos cuando el hegemónico no reconoce el lugar de privilegio?

Soy de la opinión que los feminismos no tienen por qué unirse. Eso lo tengo clarísimo. Soy de la opinión de que se separen porque no es una guerra entre mujeres. Insistir todo el tiempo en unirse es no tener en cuenta que las historias son diferentes y que hay que solucionar la vulnerabilidad de la mujer negra y la mujer racializada, el problema de la educación que se están creando ahora mismo con los niños racializados ¿quién habla de eso en el feminismo? La mirada mediática, estereotipada. Quién habla de eso en el feminismo al menos que se hable de sexismo, nadie.  Entonces, evidentemente, nosotras tenemos que buscar una forma de resolucionar. Yo digo esto y la gente lo toma como una declaración de guerra. Y es que no es una declaración de guerra. Si las mujeres gitanas a mí me dicen “yo quiero hacer mi propia lucha y quiero ir por aquí porque tenemos este, este y tal problema puesto que nuestra trayectoria va aquí” Yo lo único que tengo que decir es “Si nos necesitáis aquí nos tenéis” Ya está. ¿Quién soy yo para decirle a ala gente cómo tiene que luchar? ¿Cómo tiene que fomentar sus reivindicaciones y su lucha? ¿Quién soy yo para esto? Y ahí está la base del problema, esta creencia que en realidad el feminismo es un grupo de personas y nosotros estamos para ser una nota de color.

Una mujer negra no es una mujer negra en particular, Es una mujer negra en general. Es un colectivo. Como la señora que asesinó a aquel niño, no se habló de una mujer negra en particular, de una psicópata en particular. No, se habló de un colectivo entero. Que por cierto, ninguna mujer blanca vi yo diciendo “oye, a defender a las negras” que están hablando de todas las mujeres inmigrantes, todas las dominicanas. Hay que tener mucha responsabilidad de colectivo, mucha autoestima de colectivo para realmente saber por dónde se va y para enfrentar la lucha con madurez.

“La mayoría de las reivindicaciones que tienen las mujeres negras en el contexto español no están en el discurso del feminismo blanco dominante”

No son pocos los artículos en Afroféminas que aluden a la importancia de querer a la mujer que está delante del espejo, quererse con su pelo afro, quererse con su piel negra, dejando todo intento por disimular, invisibilizar y blanquear la imagen ¿qué suponen estas reivindicaciones por el amor hacia una misma tal y como una es?

Yo escribí hace muchísimo tiempo un texto que decía “por qué mis amigas negras jugaban a ser mujeres blancas”. Lo escribí precisamente porque el mensaje recibido a nivel social era que ser negro/a está mal. De ahí provienen todas esas frases de tipo: pelo bueno, pelo malo, mulato adelantado, mulato atrasado, las cuales estaban y están insertadas en la sociedad con absoluta normalidad. Por eso creo que es fundamental querer tu negritud tal cual es y tomar consciencia del discurso de colorismo y de los privilegios que trae el mismo.

Creo que es vital. Yo soy muy fan de la afroperuana Victoria Santa Cruz. Ella hizo una performance en la ella decía “Me gritaron negra” y en esa performance ella decía cómo ese empoderamiento de cuando ella era niña, que ni siquiera era consciente de lo que era ser negra hasta que cayó, resucitó y se quería y se gustaba y le gustaba su pelo, su piel. Yo creo que para decirse soy feminista negra, eso es lo primero. No se puede seguir luchando con ese tipo de cosas cogidas con pinzas, porque hay mucho cogido con pinzas. Al final la gente todavía tiene el canon blanco muy incorporado.  Y no es culpa de ella, realmente desde que nacen, te están diciendo “no estás bien, estás defectuosa”.

En Afroféminas entrevistáis a mujeres negras con notable éxito profesional, con una gran trayectoria y futuro, mujeres con titulaciones universitarias empresarias, abogadas, etc ¿cuál es el fondo de proyectar a estas mujeres?

Entrevistar a mujeres negras profesionales era la idea principal de Afroféminas. Yo soy hija de psicóloga, era profesora en una universidad y cuando llegué aquí me confundían con mucha facilidad con la señora que limpiaba. Y ahí  fue cuando empecé a tener conciencia de que había una idea muy clara de qué cosa era una mujer negra. Y también comencé a ser consciente de que habían muchas mujeres como yo en España, no era una excepción ni mucho menos.

 

Un trabajo de Paola Cerviño, Luís Calero y Youssef M. Ouled.

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