Actualmente, uno de los lugares en los que las personas racializadas nos encontramos menos seguras es en los transportes públicos. Desde hace ya un tiempo, las agresiones por parte tanto de otros pasajeros como de los agentes de “seguridad” se repiten por todo el territorio.
En esta ocasión nos llega una denuncia desde Barcelona. La agresión tal y como se puede ver en el vídeo ocurre en el servicio de cercanías de la Ciudad Condal, en este caso llegando a la parada de Calella la mañana del domingo diecisiete de mayo. Según nos cuenta un testigo, “todo ocurrió cuando el chico se bajo la mascarilla para sonarse, en ese mismo momento los agentes de seguridad se abalanzaron sobre el joven y empezaron a golpearle”. Esta versión es corroborada por varios de los pasajeros que iban en el tren, de hecho, se escucha como uno de ellos le dice a los agentes de seguridad “no ha hecho nada, le estáis pegando sin motivo”.
Cuando el chico agredido y los pasajeros piden el número de placa se les niega, y afirman que solo se lo proporcionarán si se llama a la policía.
Tras la intervención de varios de los pasajeros de ese tren en favor del joven agredido, se puede observar cómo los agentes intentan reducirlo, una vez más, agarrándolo entre los dos por el cuello mientras que el joven patalea e intenta liberarse de los dos guardias de seguridad. Al final dejan de golpear al joven debido a la presión del resto de pasajeros. Cuando el chico agredido y los pasajeros piden el número de placa se les niega, y afirman que solo se lo proporcionarán si se llama a la policía.
Una vez más podemos observar cómo los guardias de seguridad actúan de forma impune y extremadamente violenta contra una persona racializada que, en este caso, únicamente se había bajado la mascarilla para sonarse. Es intolerable que estas actuaciones se sigan dando sin que los agresores asuman sus responsabilidades. Recuperar el transporte público como un espacio seguro para las personas racializadas es realmente imprescindible.