Nos llega una vez más un testimonio de un nuevo caso de violencia policial. No podemos por menos que denunciar el flagrante racismo y machismo ejercido en este caso por un grupo de agentes contra una mujer embarazada.
«dos agentes, un hombre y una mujer exigen a gritos que se coloquen las personas contra la pared y con la documentación en mano.»
Las imágenes ocurrieron durante la noche del 17 de Octubre en el barrio de Abrantes (Madrid). En el vídeo se puede ver cómo un agente de Policía Nacional comienza a agredir a una mujer embarazada mientras la esposa. La mujer, llorando y sin oponer resistencia, le dice “Estoy embarazada”, a lo que el agente responde propinándole un puñetazo en la cara y una patada mientras le llama “puta”. La persona que grabó el vídeo no conoce los motivos por los que la policía llegó a la puerta de un local de restauración latino en este barrio madrileño; apunta que probablemente, los vecinos denunciasen por ruidos. Sin embargo, no lo puede confirmar, pero sí que ha podido relatar cómo presenció el abuso policial desde un principio. Una patrulla inicial de policía llega al lugar de los hechos, “dos agentes, un hombre y una mujer exigen a gritos que se coloquen las personas contra la pared y con la documentación en mano”. Desde un principio estos agentes se dirigen de forma muy violenta a la mujer embarazada, llegando a agredirla, a lo que tanto ella como su marido piden que se la trate con más delicadeza ya que está en estado de gestación. La respuesta de la agente de policía es más violencia y es en ese momento cuando la tensión sube, pues el marido de la agredida se interpone entre la agente y su mujer. En este momento, el otro agente de policía aprovecha para intervenir agrediendo a la mujer embarazada que en un momento de rabia le propina una bofetada al agente, motivo final para que estos agentes de policía llamasen a refuerzos, llegando al lugar una veintena de agentes de la policía nacional tanto de uniforme como de “paisano”. Comenzaron a “reducir” a los allí presentes con golpes sin ningún tipo de motivo, ya que no se estaba oponiendo resistencia. Algunas de estas personas salieron corriendo por el miedo de la situación a la que se estaban enfrentando y fueron introducidas en los vehículos policiales a patadas unos metros más abajo en la misma calle, según cuentan testigos presenciales.
Así, redujeron a la chica que podemos ver en imágenes, apretándole el cuello e incluso llegaron a empujarla contra una pared en varias ocasiones, a pesar del grito de varios de los allí presentes: “parad, está embarazada”. Caso omiso hicieron los policías a esa información y en ningún momento dejaron de ejercer una fuerza desproporcionada contra una mujer en estado de gestación que no estaba siendo violenta ni oponiendo ningún tipo de resistencia.
Como señala el chico que grabó las imágenes y como siempre señalamos, es evidente que el trato que recibiría la mujer sería muy distinto de no ser racializada. El chico relata también que después de lo que podemos ver en el video, los agentes siguieron agrediendo a la mujer y a otras personas que pasaban por ahí sin motivo aparente y que se jactaban de la actuación que acababan de realizar entre ellos. Además indica que pese a ser comunes las multas en el barrio por que los ciudadanos no lleven la mascarilla, en esta ocasión una gran parte de los agentes que llevaron a cabo esta intervención tampoco la llevaban, a pesar de evidentemente no estar manteniendo las distancias de seguridad.
Ya sabemos que este tipo de agresiones no son anecdóticas, pero denunciamos una vez más la absolutamente innecesaria y brutal actuación de los “Cuerpos de Seguridad” del Estado contra las personas racializadas y migrantes. El descarado e impune abuso de poder y el racismo institucional y estructural presente en los cuerpos policiales y el Estado español no pueden seguir pasando desapercibidos.