No eran más que rumanos

Un texto de Leire Narbaiza

Captura de pantalla El Diario Vasco del día 14 marzo 2017

El pasado lunes 13 de marzo ocurrió un desgraciado accidente de tráfico en el Alto de Azkarate de la localidad guipuzcoana de Azkoitia, en el que perecieron tres personas.

La noticia del accidente me ha entristecido, como no podía ser de otra manera. Pero hay otra cuestión relativa que me ha alarmado: cómo han mencionado el origen de las víctimas, en mi opinión personal, de una forma totalmente equivocada y preocupante.

Al parecer, los rumanos no eran vecinos de ninguna localidad. En fin, el citado eibarrés tampoco residía en Eibar pero esa es otra cuestión aparte.

En el periódico más vendido de Guipuzcoa (la autora hace referencia a El Diario Vasco, del grupo Vocento) publicaron que los fallecidos eran “un vecino de Eibar y dos rumanos”. Así rezaba el titular. Al parecer, los rumanos no eran vecinos de ninguna localidad. En fin, el citado eibarrés tampoco residía en Eibar pero esa es otra cuestión aparte.

Si el tema hubiera quedado en un error léxico, ni tan mal, aunque sabemos de sobra que tristemente el léxico casi siempre muestra la forma de pensar de quien escribe. En el periódico más vendido de Vizcaya (El Correo), de la misma empresa de comunicación del medio guipuzcoano anteriormente mencionado, un texto dejaba claro que “la culpa del accidente fue del rumano”.  El titular me dejó boquiabierta. Asqueada, cerré el periódico. Jamás me había tocado leer nada similar el día después de un trágico accidente de tráfico. Solo les faltó mencionar en el artículo que los rumanos cobraban las RGI, vaya.

Sobre la víctima eibarresa hemos conocido su edad, que era residente de Elgoibar, dónde trabajaba, cuántos hijos dejaba sin padre, cuales eran sus aficiones… Sobre las otras dos víctimas que eran rumanos. ¡Nada más!

Pero más allá de esos repugnantes titulares, hay otra cuestión que me ha llamado poderosamente la atención: Cómo han presentado a los tres fallecidos en muchos medios de comunicación. Sobre la víctima eibarresa hemos conocido su edad, que era residente de Elgoibar, dónde trabajaba, cuántos hijos dejaba sin padre, cuales eran sus aficiones… Sobre las otras dos víctimas, la más absoluta nada. Que eran rumanos y qué edad tenían. ¡Nada más!

¿Acaso esos hombres no tenían nombre? ¿Y familia? ¿No han dejado huérfanos a sus espaldas? ¿Y viuda? ¿Repatriaran los cuerpos a Rumanía? ¿Y donde vivían? ¿En un piso compartido? ¿Qué les gustaba hacer, eran futboleros o preferían jugar a las cartas? ¿Eran buenos cantantes, les gustaba la música tradicional o preferían el pop? ¿Cómo es que acabaron trabajando aquí? ¿Cómo los hemos tratado? ¿Les ha merecido la pena migrar aquí?

Cuántas preguntas, que nadie nos responderá. Cuántas lágrimas derramadas en vano. Se dice que la muerte nos iguala a todos, pero no así las palabras de los medios de comunicación.

*El Diario Vasco hizo una modificación ya que en un principio la alusión a “los rumanos” aparecía en el titular y como ahora vemos ha pasado al subtítulo.

 

Esta es la traducción de un texto original de Leire Narbaiza publicado en la web eibar.org

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