Racismo y sensacionalismo en los medios: cuando el código deontológico queda en una anécdota

Artículo escrito por: Nida Ahmad (especialista en comunicación) y Ann Pache (trabajadora social especializada en derechos humanos).

“Mediterráneo Digital” presume de fake news.

En los últimos años estamos viendo un creciente sentimiento de islamofobia alentado, unas veces por el miedo a lo desconocido, otras por las noticias que nos llegan sobre acciones terroristas en donde se invoca el nombre del Islam, y en la mayor parte de las ocasiones por una tergiversación de la información donde se culpa a las personas árabes y/o musulmanas de los problemas de la sociedad.

En este último punto es sobre el que nos vamos a detener. La población árabe y musulmana es una amalgama de personas de diferentes nacionalidades, culturas y religiones pero que habitualmente se meten en el mismo saco. Da igual que seas cristiano de Siria o musulmán de Indonesia, a los ojos de Occidente ambos serán tratados bajo una óptica racista donde el argumentario estará basado en los prejuicios y los estereotipos. 

La semana pasada saltó a las noticias el accidente de una persona que intentaba colarse en un tren en la estación de Atocha y al caer a la catenaria se produjeron dos explosiones, resultando gravemente herido y trasladado al hospital.

Un medio de comunicación, Mediterráneo Digital, decidió cambiar el titular para hacerlo más sensacionalista, introduciendo la nacionalidad y omitiendo el hecho de que las explosiones se produjeron por la caída accidental de esta persona, con lo que el titular quedó de la siguiente manera “Un palestino provoca dos explosiones en la estación de Atocha en Madrid”.

Sorprende mucho este titular dado que los periodistas disponen de un Código Deontológico que rige la profesión para que el trabajo se desempeñe de forma adecuada, respetuosa y con criterios objetivos.

En España, la Federación de Asociaciones de la Prensa de España aprobó el Código Deontológico que guía la actuación de los periodistas, y en sus principios generales, el artículo 7 recoge que se debe “mantener una especial sensibilidad en los casos de informaciones u opiniones de contenido eventualmente discriminatorio o susceptibles de incitar a la violencia o a prácticas humanas degradantes, y por ello, debe, abstenerse de aludir, de modo despectivo o con prejuicios a la raza, color, religión, origen social (…)”.

Asimismo, existe un Código Deontológico Europeo de la Profesión Periodística que fue aprobado por el Consejo de Europa y que debe ser aplicado en todos los países miembros de este Consejo, incluido España.

En este Código Deontológico Europeo, el artículo 4 indica que “la emisión de noticias debe realizarse con veracidad (…) Los rumores no deben confundirse con las noticias. Los titulares y enunciados de las noticias deben subrayar lo más fielmente posible el contenido de los hechos y datos”.

La asimilación de la población palestina a terrorista no es nada nuevo. Desde hace más 72 años, sufren una ocupación de sus tierras que incluye la expulsión de su territorio, los arrestos arbitrarios o la demolición de sus hogares, entre otras muchas situaciones. Sin embargo, en el imaginario colectivo se ha conseguido transformar a la víctima en verdugo, dando una imagen totalmente irreal de Palestina y de sus habitantes y sometiéndoles al mismo Apartheid que ya se vivió en Sudáfrica.

Las propagandas millonarias donde se elimina a Palestina de sus habitantes han calado en la población y en los medios de comunicación. Tanto es así, que este medio digital, ha transformado la noticia real con toques racistas con el único objetivo de poner en la diana a una comunidad, la palestina, que lo único que reclama es el fin de la ocupación y que se cumplan las diferentes resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué se permite la existencia de diarios que utilizan la herramienta de la desinformación y de las “fake news” para fomentar el odio? Ya Joseph Goebbels, ministro de Ilustración Popular y Propaganda con Hitler creó una serie de principios con el objetivo de manipular la información, y así propagar el ideario deseado.

En el caso que nos ocupa, la equiparación que se hace entre palestino y terrorista difunde un odio no solo a la comunidad palestina, sino también a la árabe y musulmana. Titulares como este fomentan la violencia racial y el rechazo en Occidente, tildando a estas comunidades de machistas, retrógradas y de intentar imponer “sus costumbres” a costa de eliminar las “nuestras”.

No es la primera vez que se escuchan quejas y/o denuncias contra esta página web. De hecho, no hace mucho Twitter inhabilitó la cuenta por atentar contra la dignidad de otros colectivos. Esta práctica que ya ha utilizado en otras ocasiones, ataca y criminaliza a toda la comunidad palestina y tiñe de terrorista el nombre de un joven que se encuentra hoy entre la vida y la muerte. 

No se debe confundir la libertad de expresión con promover de forma intencionada mensajes de odio hacia un colectivo, no todo vale ¿Qué se puede hacer cuando la infodemia y las fake news inundan las redes? No compartas información que fomente la discriminación, el racismo y la xenofobia. El compromiso es global y la responsabilidad es compartida por cada persona, no seas cómplice de esta propaganda.

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